Cuando llegamos a Londres, hace ya 6 meses, para quedarnos a vivir una temporada, no tenía ni idea de por dónde empezar a buscar casa... Aunque había estado en la ciudad varias veces, no la conocía tanto como para saber en qué barrio quería vivir.
El azar quiso que encontrásemos un pisito cuco, limpio, nuevo y para 2 en la zona este, en Whitechapel.
Lo primero que me llamó la atención de este barrio fueron los olores que hay por la calle (a curry sobre todo desde las 8 de la mañana!!), la cantidad de burkas que veo (no estaba acostumbrada para nada), y que el idioma que se suele escuchar en la calle es el Bengalí, no el inglés! (e incluso las calles tienen el nombre en los 2 idiomas).
A la semana de vivir aquí descubrimos una calle que queda a 5 minutos de casa, y de la que habíamos oido hablar anteriormente, Brick Lane.
Entre semana es un lugar animadísimo, plagado de restaurantes (en su mayoría Indios, baratos y buenísimos!) y bares, con ambiente joven y bastante alternativo; los domingos, hay que sumar a todo eso sus mercadillos, sus puestos de comida en la calle, sus actuaciónes en cada esquina, sus miles de gente joven con ganas de pasarlo bien por la calle... Impresionante, apetecible, y adictivo!!!
Uno de los mercadillos que se pueden encontrar es una reliquia en si de cosas antiguas. Se puede encontrar de todo, desde peluches, discos, maletitas de picnic (yo ya tengo la mía!!! ), y es un lugar realmente inspirador por los colores, por su ambiente, por sus curiosidades...
Un sitio que merece la pena visitar!!!